Existen dos leyes imperantes que rigen la vida de los seres humanos; una es de origen divino, mientras que la otra tiene una raíz mortal. La primera es la Ley de La Tierra; derecho inexpugnable que indica que todo ser humano hereda desde el momento de su concepción el libre albedrío. La segunda es la Ley del Agua; derecho marítimo que rige las normas del comercio, de las corporaciones y de la mercancía. Desde que se fundaron los Estados Nacionales y los modelos republicanos se extendieron por el mundo, se ha embaucado a la humanidad para que acepte -mediante engaño, manipulación, coerción, miedo o por la fuerza- la Ley Marítima como único derecho legítimo para regir cualquier sociedad humana, alegando que de otra manera el "lupus est homo homini" -lema de evolucionistas y luciferinos por excelencia-. Jordan Maxwell es un reconocido investigador y escritor estadounidense, experto en simbología, historia antigua, teología y sociedades secretas. Desde Exégesis Diario compartimos una tertulia virtual del autor donde, en concreto, analiza la Ley Marítima y la intrínseca relación que ésta tiene con la composición de los Estados Nación, cuya obediencia convierte a los seres humanos en poco menos que animales domésticos mercantilizables.

El material audiovisual presentado ha sido subtitulado y doblado al español por el canal La Red de Oz.

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