El abuso ritual y el control mental en El Resplandor

Stanley Kubrick fue el director más superlativo que ha concebido la industria hollywoodense, no sólo por la insólita libertad creativa que llegó a tener en sus proyectos -por contrato, él mismo montaba y hacía los cortes finales de sus películas-, sino por la enorme comprensión que poseía en conocimientos herméticos. Kubrick tenía una obsesión con las escuelas de misterio; con los pactos de silencio y rituales de sangre que siempre practicaron sus iniciados. El control mental con base en el trauma, el abuso ritual multigeneracional y la multiplicidad en los esquemas mentales de los personajes son una constante en todas sus obras; manifestación que el ojo entrenado podrá vislumbrar -y que en el presente ya es corriente observar en la trama profunda que la mayoría de blockbusters lavacerebros exponen de manera descarada-. El autor español, Pedro Bustamante, experto en simbología, desentraña con su habitual genialidad algunos de los aspectos sincréticos que Kubrick expuso de forma encubierta en su obra El Resplandor.